Relatos de la Guardia Civil
Relatos
RELATOS: EL CONVENTO.
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- Categoría padre: Guardia Civil
- Categoría: Relatos
- Publicado el Viernes, 12 Agosto 2016 21:48
- Escrito por Antonio Mancera
Las campanas de Fuentes de Andalucía daban alegremente al aire sus sonidos en la tarde del 14 de Junio de 1858.
Todos los vecinos, sacando al sol sus más selectas ropas, acudían alegres hacia la Iglesia de Religiosas Descalzas de la villa, y alegres niños jugaban bajo loe muros del convento que miran al mediodía.
RELATOS: BOCA-ROIDA.
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- Categoría padre: Guardia Civil
- Categoría: Relatos
- Publicado el Viernes, 12 Agosto 2016 21:46
- Escrito por Antonio Mancera
En la mañana del 4 de Agosto de 1861, un hombre de torcida mirada y fisonomía semisalvaje, se aproximaba con paso acelerado á las tapias de un cortijo llamado del Cerezal, término de Estepa (Sevilla).
RELATOS: UN HERMANO
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- Categoría padre: Guardia Civil
- Categoría: Relatos
- Publicado el Martes, 02 Agosto 2016 01:11
- Escrito por Antonio Mancera
En 29 de Mayo de 1853, un vecino de Lérida recibió una herida grave.
Dispuesta seguidamente la persecucion del agresor, este fué capturado por el Guardia Domingo Fernandez que le puso sin dilacion alguna bajo el fallo severo de las leyes.
RELATOS: EL RIO NEGRO.
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- Categoría padre: Guardia Civil
- Categoría: Relatos
- Publicado el Viernes, 12 Agosto 2016 21:41
- Escrito por Antonio Mancera
(15 de Ocubre de 1864.)
La nieve y las lluvias habian caido con poco vista abundancia sobre los valles que rodean á la villla de Viella.
El rio Negro, recogió por espacio de algunos dias cuantas aguas la nieve y las lluvias llevaron hasta él; y en tal proporcion fué esto que una noche, hinchado ya el rio, rebosó de su cauce é inundó las casas contiguas del mencionado pueblo por el que pasa.
RELATOS: EL CORTE CINCO
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- Categoría padre: Guardia Civil
- Categoría: Relatos
- Publicado el Domingo, 24 Julio 2016 12:20
- Escrito por Antonio Mancera
Era el dia 30 de Mayo de 1855. Las facciones carlistas, últimos restos del ejército que había peleado contra la legitimidad de nuestra augusta Reina Doña Isabel II de Borbón, mantenían aun la alarma en algunos pueblos de España.
Su causa estaba perdida desde que en los campos de Vergara se habían abrazado los Generales Espartero y Maroto y desde que allí sentados estos en unas rotas sillas de paja, firmaron sobre una mesa de pino sin pintar, (1) el célebre Convenio que dio la paz á España.