FRANCISCO RODRIGUEZ PAMA, guardia civil

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Categoría: Ultimas Noticias Actualidad Guardia Civil
Publicado el Viernes, 11 Marzo 2022 13:50
Escrito por Antonio Mancera
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FOTO rodriguez palma

Así de sencillo, así quiere que le recordemos, como un guardia civil más; quienes conocemos al capitán Rodríguez Palma, sabemos que mucho más que un buen mando, es una buena persona, una persona entregada, cercana, buen compañero, en resumen un excelente guardia civil.

Ha sido un ejemplo a seguir, por él como por muchos otros muchos, la inmensa mayoría, -siempre hay excepciones, las menos, que confirman la regla-, corre sangre verde, sangre solidaria, sangre benemérita, que a él además le hizo merecedor del Premio Alfonso XIII que reconoce la labor humanitaria de la Guardia Civil y que le fue concedido en 2019.

El capitán Rodríguez Palma ha pasado a la reserva tras 42 años de servicio, hijo del Cuerpo, como muchos de nosotros y como a muchos de nosotros, teniendo como referente a nuestros padres, su ilusión siempre fue ser guardia civil, y como guardia civil lo ha dado todo, me consta personalmente que así ha sido.

Al principio de la pandemia, fue uno de los primeros en caer, estuvo ingresado en estado muy grave, muchos pensamos que lo que no había conseguido ETA, durante los años que permaneció en el País Vasco, lo iba a conseguir una maldita enfermedad. Pero Francisco, nuestro capitán es un luchador y salió después de 25 días de aquel trance.

 Hablando con él no hace mucho y a pesar del amplio bagaje dentro del Cuerpo, a pesar de los innumerables destinos, me comenta que recuerda con especial emoción, oír, sentir desde su habitación en la UCI a los compañeros, a los guardias civiles de su Compañía dándole ánimos cada tarde.

Sé que lo deja, lo he vivido, con una sensación extraña, con una emoción que deja un nudo en la garganta y sientes un vuelco en el corazón cuando debes vestir el uniforme por última vez para despedirte de los tuyos, de tus compañeros, en su caso de los compañeros en la compañía de Armilla y en la propia comandancia de Granada donde también es muy querido.

Con una trayectoria profesional y personal excepcional, como lo es la persona, como lo es el guardia civil, ha estado destinado, como él mismo dice en toda España, acompañado siempre de su esposa, de la esposa del guardia civil, sufrida, valiente, el hombro en el que el guerrero cansado se apoya, como lo son todas, tan importante en su vida, como lo han sido todas las esposas de los guardias civiles a través de los tiempos, que asumió y sufrió al mismo tiempo los quince traslados que la familia en estos 42 años ha realizado.

Cuando le pregunto por su despedida me contesta “Hoy más que nunca tengo la enorme satisfacción interior del deber cumplido y eso no me lo quita nadie. Haber hecho algo por los demás, sobre todo en esos auxilios que nunca se olvidan. Hoy me siento orgulloso de haber prestado mis servicios en esta Benemérita Institución”, no me ha extrañado la respuesta del guardia civil, conociendo al guardia civil y conociendo a la persona, un gran profesional que por desgracia pierde la Institución.

Ingresó en la Academia de Úbeda en 1980. Estuvo destinado en el País Vasco, así como por diversas Unidades y Puestos de las Comandancias de Navarra, Almería, Castellón, Academia de Úbeda, Cuenca y Granada. 

¿Sus destinos?, lo dicho media España:

Su último destino lo ha sido como Capitán de la Compañía de Armilla (Granada), una de las más punteras de Andalucía.

Siempre dispuesto a dar lo más, no quiso estancarse y es especialista de la Agrupación de Tráfico, del GEAS y como integrante del GEAS en el dispositivo de seguridad de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, especialista igualmente de Fiscal o de Intervención de Armas, entre otras especialidades además participó en dos misiones internacionales: Embargo al Danubio y SFOR en la antigua Yugoslavia.

Está en posesión de las medallas al Mérito Guardia Civil, Militar y Policial, la Orden de Isabel la Católica, al Mérito de la Gendarmería y Policía Nacional Francesa, entre otras.

Tras su despedida mantiene que se va “apesadumbrado por no poder continuar, pero con la cabeza alta y la inmensa satisfacción interior del deber cumplido”.

Por mi parte desearle, mi capitán, mucha suerte en esta nueva etapa y que disfrute del merecido descanso