SERVICIOS HUMANITARIOS DE LA GUARDIA CIVIL EN PUERTO RICO Y CUBA - 1888 -

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Categoría padre: Historia Guardia Civil
Categoría: Retazos de Historia
Publicado el Domingo, 04 Septiembre 2016 09:05
Escrito por Antonio Mancera
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La Guardia Civil, fiel no solo a su servicio peculiar, también destacó en Puerto Rico y Cuba por el carácter y los servicios humanitarios del que ya venía haciendo gala en la Península y por el que ganó, con todo merecimiento, el sobrenombre de “benemérita”.

En el año 1888, y bajo el mando del Capitán General Camilo García Polavieja, los servicios más notorios del Cuerpo en la Pequeña Antilla fueron de carácter humanitario.
 
Durante el mes de septiembre, la isla estuvo azotada por un fortísimo temporal que originó grandes daños en Ponce y barrios anejos de la Cantera, Coto y Ballajá. Unas sesenta casas quedaron destruidas y se hundieron parcialmente más de cien. Las corrientes torrenciales destrozaron calles, caminos, puentes, conducciones de gas y agua, etc. La catástrofe causó más de un centenar de muertos, y "hubiera habido más de un millar -dijo un suelto de prensa de la época- si toda la Comandancia que estuvo presente en todos los lugares afectados, no se hubiese multiplicado, sin medir riesgos", y no hubiese mantenido el orden durante tres días de inagotable esfuerzo hasta que la normalidad comenzó a restablecerse. El Gobierno, como prueba de reconocimiento, otorgó numerosas cruces de la Orden Civil de la Beneficencia a miembros de la Guardia Civil en Puerto Rico.

No quedó a la zaga la Guardia Civil cubana en cuanto a servicios humanitarios. Con motivo de las inundaciones de Pinar del Río, en ese mismo año de 1888, la prensa local se pronunciaba en el sentido siguiente: "Si la historia del benemérito Cuerpo de la Guardia Civil no fuera una continua de sacrificios y abnegaciones, los temporales de la isla de Cuba hubieran proporcionado materia suficiente para llenar páginas de hechos a cual más digno de elogio. En su lucha contra los elementos han demostrado que en Cuba, como en la Península, el honroso adjetivo de beneméritos, que en tan buena lid ha conquistado el Instituto, es hijo del merecimiento y la justicia".