1855 - CONGRESO DE LOS DIPUTADOS: INFANTE CHAVES EN DEFENSA DE LA GUARDIA CIVIL.

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Categoría padre: Historia Guardia Civil
Categoría: Retazos de Historia
Publicado el Domingo, 14 Agosto 2016 12:29
Escrito por Antonio Mancera
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En un debate en el Congreso celebrado el 10 de junio del año 1855 y cuando se discutía el reglamento de las Milicias Provinciales, el diputado progresista Llanos protagonizó un acalorado debate, cuando comenzó a aludir y criticar reiteradamente a la Guardia Civil, su sueldo mayor entonces que el de un soldado, su vestuario, sus casas cuarteles y la forma de realizar sus servicios. Ataques que no son nuevos, y que se han venido dando a lo largo de la historia del Cuerpo, ataques que siempre han sido contestados de la misma forma, con hechos.

Fue el General Infante Chaves, Presidente del Congreso y Director General de la Guardia Civil, ya que precisamente en ese momento estaba simultaneando ambos cargos, el que contestó directamente y en el propio Parlamento al diputado Llanos, haciéndole ver, a él y a todos los diputados del Congreso, lo irrelevante de las críticas y las mentiras, que el diputado Llanos había vertido contra la Guardia Civil.

Comenzaba el general Infante su alocución diciendo “Siento muchísimo que mi antiguo compañero de diputación, el señor Llanos, no esté de acuerdo con respecto a la Guardia Civil con la inmensa mayoría de los españoles. S.S. en este punto creo que es una excepción, y habiendo yo oído hablar de una manera desventajosa de la Guardia Civil, deber mío era –aunque ocupase aquel sitio, el de mayor gloria que he podido tener en mi vida- venir a éste para poder tomar la palabra en la discusión y decir la verdad”.

A S.S. le ha parecido mal que la Guardia Civil, en su casa donde habita, tenga esa limpieza y ese esmero que todos advierten; pues ese esmero y limpieza lo consiguen con su propio sueldo; porque la Guardia Civil, con el sueldo del Estado, prepara su casa, tiene equipaje, tiene equipaje, se hace vestuario y paga sus hospitalidades. Y si se van a comparar las hospitalidades que paga el Estado y el vestuario que paga para las demás clases del Ejército, se encontrará que hay muy poca diferencia, a pesar de la consideración que hay que tener en cuenta de que la Guardia Civil vive por sí, que no come rancho, que su individualidad ha de ser más cara que la de un soldado del Ejército”.

Ha dicho el seños Llanos que tiene equipajes, baúles. Exacto: pero estos baúles, ¿los lleva el guardia civil cuando va de servicio? ¿Cuándo los ha visto el señor Llanos, ni ninguno de los señores diputados, con equipaje por los caminos? Cuando la Guardia Civil va formando en batallón o escuadrón y por disposición del Gobierno ha tenido que moverse a alguna parte, ha ido como un soldado, con su mochila a la espalda, y el de caballería con lo necesario; pero cuando tiene que hacer el servicio en un punto determinado y preciso, ese baúl que tanto ha llamado la atención del señor Llanos se queda en la casa cuartel y no va a ninguna parte”.

Ha dicho el señor Llanos que ha visto a los guardias civiles con botas. Si alude al guardia civil de Infantería, nunca ha llevado botas: Pero dice que le aconsejó que llevasen alpargatas. ¡Bueno estaría un guardia civil, que infunde confianza y respeto a todas las personas honradas, vestido de quínola (risas). Y así harían si se les previniese que llevasen alpargatas. Al guardia civil se le prescribe como ha de ir vestido dentro de la casa cuartel, y jamás se separa de aquello que le está mandado. Que correría con más velocidad de una manera que de otra. Yo no sé cómo correrían con más velocidad. El que está acostumbrado al zapato o a la alpargata, si es corredor, de la misma manera correrá. Pero ya que me obliga a ello, y que debo defender a un Cuerpo que tiene una moralidad tal que es hasta asombrosa, contaré uno o dos hechos y hablaré de otro del que he tenido parte hoy mismo”.

Voy a contar un hecho cuyo parte he recibido hoy. La Guardia Civil tiene orden de no contar jamás el número de los contrarios que ha de combatir. Cuatro guardias y un cabo, según eal parte, iban por los campos de Constantina, en la provincia de Sevilla, cuando se apercibieron de que se les aproximaban treinta contrabandistas, y como la consigna es no contar los enemigos, les dieron el “quien vive”; les contestaron con una descarga de trabuco. Estos cinco héroes, en lugar de huir, y la huida entonces hubiera sido disculpable, principiaron a batirlos. Los rodearon los contrabandistas. El cabo, al dar un bayonetazo a uno, se le rompió el fusil; lo agarró, y con la culata m ató a tres contrabandistas. Un guardia civil muerto, el cabo está próximo a morir, los otros dos están heridos. Esta es la Guardia Civil

No quiero decir más, me parece que basta con lo dicho, y ruego al señor Llanos que no tenga mal concepto de la Guardia Civil, y no quiera que deje de hacer el servicio peculiarísimo que está prestando, porque resultarían grandes perjuicios a todos los españoles si a la Guardia Civil se le diera otro destino que el que actualmente tiene. Diré más, para concluir. En el día, la Guardia Civil está aligerada de ropa y se le ha quitado el correaje, circunstancia que mi digno antecesor no llevó a efecto, sin duda por no habérsele ocurrido; y la razón que yo he tenido para proponer esta mejora al Gobierno, que la ha aprobado, ha sido la de que tenga esa ligereza que desea el señor Llanos a pesar de estar sin alpargatas”.

Para concluir, y para gloria de la Guardia Civil, debo referir otro hecho. Sabe el Gobierno, como lo saben los señores diputados, que se ofreció que el guardia civil que se reenganche tendría 6.000 reales. Pues bien, sobre 3.000 guardias civiles han sido licenciados, de éstos se reengancharon unos 1.400, renunciando a los 6.000 reales. La inmensa cantidad que ha renunciado revela lo que es este Cuerpo. Señores, ¡unos pobres soldados renunciar a 6.000 reales! ¿Y por qué esto? Porque decían al renunciar “Queremos más bien servir a un Cuerpo de tanta honra que todo el dinero del mundo””

Sobran comentarios.

Fuente: HISTORIA DE LA GUARDIA CIVIL de Francisco Aguado Sánchez - Tomo II - Capítulo VII "DEL BIENIO LIBERAL AL MODERADO" - Titulo 1 "Un debate en el Congreso"