Directores Generales de la Guardia Civil

TENIENTE GENERAL EDUARDO SÁENZ DE BURUAGA Y POLANCO, DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL (08-02-1957 a 23-04-1959)

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Categoría padre: Guardia Civil
Categoría: Directores Generales
Publicado el Viernes, 12 Agosto 2016 16:51
Escrito por Antonio Mancera
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 SAENZ DE BURUAGA

(Camagüey, Cuba, 1893 - Madrid, 17 de febrero de 1964)

Militar tradicional formado en la Academia de Infantería en la cual ingresó en 1910. Desde el primer momento de su vida castrense estuvo incorporado al ejército colonial de Marruecos donde participó en numerosas acciones militares. Por su comportamiento en los campos de batalla le fue concedida la Medalla Militar Individual.

Como coronel se hizo cargo en julio de 1936 del mando de las tropas sublevadas en dicha plaza y ejerció durante unos días el cargo de Alto Comisario de España en Marruecos. Trasladado a la Península, al mando de sus tropas participó en la toma de Córdoba y en el avance hacia Madrid a lo largo del valle del Tajo. Intervino en el cerco de la ciudad y en las batallas del Jarama y Brunete. Participó también en la conquista de Teruel y en la ofensiva del Ebro. Después de la guerra ocupó los cargos de gobernador militar de Madrid y del Campo de Gibraltar. Fue capitán general en Sevilla y Baleares, para terminar desempeñando el cargo de Director General de la Guardia Civil. Murió en Madrid en 1964.

Continuó con muchas de las previsiones del general Martín Alonso, y en mayo de 1957 declaró reglamentaria la prenda denominada “tres cuartos” usada ya en el ejército desde algún tiempo antes, aunque condicionó su empleo bajo “carácter voluntario”.

El tricornio volvió a ser empleado `para el servicio de verano con su antiguo aspecto enfundado en tela verde y con la olvidada visera y cogotera, insistiendo en prodigar el uso del barboquejo,

Durante su mandato en la Guardia Civil, se prestó especial atención al servicio fiscal, estableciéndose por orden general de 11 de abril de 1957 acertadas directrices para la represión del fraude y contrabando “con igual ardor, explorando todas las avenidas, previniendo sus invasiones y persiguiendo a los infractores”.