Historia de la Guardia Civil

EL BOLETIN

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Categoría padre: Guardia Civil
Categoría: Historia Guardia Civil
Publicado el Domingo, 21 Agosto 2016 12:07
Escrito por Antonio Mancera
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Escrito para Benemérita al Día por el Teniente Coronel D. Antonio Rodriguez-Medel Nieto

Las páginas de nuestro Boletín Oficial nº 1 del 1 de agosto de 1858 nos explica la finalidad con la que nació el mismo:

"...cumplimos con el deber que nos hemos impuesto de poner en conocimiento de nuestros suscriptores todo cuanto pueda ser útil y de interés general no sólo a los individuos, sino también al Cuerpo”.

El Boletín, en todos sus años de existencia, atesora entre sus páginas la historia del Cuerpo y sus protagonistas: los guardias civiles.

No es poco frecuente que un recién llegado a su Puesto, dirigiendo su mirada hacia unos libros antiguos que hay en una esquina, pregunte :"¿y eso qué es?", obteniendo como respuesta: "¿el qué?", ¡ah, eso!, son los boletines viejos". Y es que en muchos de nuestros cuarteles tenemos esos libros deliciosamente encuadernados y con una antigüedad que en muchos casos supera los cien años.

Así, el Boletín Oficial de la Guardia Civil, en vez de ser una simple publicación periódica en la que asiduamente buscamos si hemos sido destinados, si han convocado tal o cual curso o simplemente, tratamos de seguir la pista a algunos de nuestros compañeros, se convierte en Historia; Historia de España e Historia de la Guardia Civil (si es que cabe distinguirla), y también, por qué no, en un pequeño anecdotario de nuestro Cuerpo que seguro que es capaz de arrancar alguna sonrisa a su lector.

Como todo en la Guardia Civil, ha cambiado mucho a lo largo de su ya dilatada vida, tanto de formato, como de periodicidad, aspecto, contenidos, ....; no se pretende con este artículo otra cosa que sacar a relucir algunos aspectos que, de aquellos que han caído en mis manos, más me han llamado la atención. Espero que tras leerlo, ese recién llegado al Puesto se decida a desempolvar alguno de los tomos de los "boletines viejos".

Tras la creación de la Guardia Civil, nuestro Cuerpo no contaba con una publicación oficial y exclusiva; pero muy pronto, en 1850, comienza a editarse una publicación que, aunque no es oficial, se ocupa de los asuntos del nuevo Instituto: "El Guía del Guardia Civil". Desaparece a finales de 1854, a la vez que nace (1855) un nuevo semanario llamado el "Mentor del Guardia Civil", que tampoco era oficial, pero cuyo primer suscriptor, según decía la propia publicación, era el Duque de Ahumada. Finalmente, el 1 de agosto de 1858 nace el Boletín Oficial de la Guardia Civil.

Este primer número expresa claramente cuál es su finalidad: "...cumplimos con el deber que nos hemos impuesto de poner en conocimiento de nuestros suscritores todo cuanto pueda ser útil y de interés general no sólo a los individuos, sino también al Cuerpo".

Servicios del Cuerpo

Bajo este título se publicaban con increíble celeridad, teniendo en cuenta los años que corrían, un resumen de los servicios que se debieron considerar como más relevantes. Es tentador transcribir literalmente muchos de ellos, pero lógicas razones de espacio obligan a reducirlo a uno, habiéndolo elegido entre los publicados en el primer Boletín de la Guardia Civil, respetando, incluso, la ortografía original:

" 4.º Tercio.- Provincia de Valencia- Puesto de Sueca .- Al anochecer del 18 del pasado se presentó el alcalde de dicha villa al cabo 1.º Manuel Peris Royo, reclamándole el auxilio de la fuerza para evitar la fuga intentada por los presos de la cárcel del juzgado: acto continuo se constituyó en ella acompañado de los Guardias Vicente Plasencia y Pedro Casbas Escolano, donde encontró al alcaide encerrado en su habitación, único medio de salvarse la vida, y los llaveros todos escondidos por haber sido amenazados de muerte por los criminales; éstos, que en número de cinco se hallaban provistos de armas, de las que hicieron uso aunque sin causar daños se dedicaron á abrir las puertas á los presos de más consideración; empero afortunadamente en tan crítico momento el cabo Peris les dio la voz de alto á la Guardia civil, que oída por los amotinados fué obedecida y reducidos á estrecha prisión, si bien antes hicieron desaparecer aquéllas. Restablecido el orden dedicó todo su cuidado a hacer un escrupuloso reconocimiento en el edificio para asegurarse si los presos lo estaban convenientemente, averiguar quiénes fueron las personas que les habían facilitado las armas y el paradero de unas y otras: hecho así, le dio el apetecido resultado de apoderarse de tres cuchillos y una pistola, aprehender á dos vecinos de dicha villa que los habían entregado á los reos, y quedar altamente satisfecho de aquélla. El Excmo. Sr. Inspector general del Cuerpo se ha enterado con tanto mas aprecio de este servicio, cuanto que á no dudar si estos foragidos hubieran efectuado la fuga intentada, habrían llenado de luto y consternacion aquella provincia y limítrofes, pues entre ellos los había sentenciados á pena capital. De tan importante servicio S.E. ha dado cuenta á Su Magestad por si en su vista tiene á bien mandar se haga consulta de premios a favor de los individuos que lo prestaron."

Permutas

En esta sección, los miembros del Cuerpo podían expresar su voluntad de cambiar el destino que poseían por el que deseaban:

"Martín Martínez Martín, Guardia de 2.ª Clase de la 7.ª Compañía del 1.º, que presta servicio en el puesto de Martín Muñoz, provincia de Segovia desea permutar con otro de su clase de cualquiera de las compañías de los Tercios 11.º, 12.º ó 13.º.

Los individuos á quienes convengan las anteriores permutas, pueden dirigirse á los interesados para tratar de ellas."

Por cierto, que el Guardia Martín Martínez Martín destinado en el Puesto de Martín Muñoz no es una licencia literaria, sino que está recogido en la página 5280 del B.O.G.C. de 8 de febrero de 1863.

Despachos telegráficos

En este curioso capítulo, publicado en el Boletín Oficial de la Guardia Civil durante determinadas épocas, se incluían las "novedades a nivel mundial"; es decir, que de forma brevísima se narraba la evolución de los conflictos bélicos, diplomáticos, sucesiones al trono de diferentes países, natalicios en las distintas casas reales,...

Puede llamar especialmente la atención el seguimiento de la Guerra de Secesión americana, de la que se informaba a los guardias civiles como en el ejemplo que a continuación se transcribe y que fue publicado en el Boletín Oficial número 216 de 24 de enero de 1863:

"Londres 15.- ...Un decreto de Lincoln declara libres todos los esclavos de los Estados en Insurrección con el Norte.

Batalla sangrienta cerca de Murfreesboro en Tenesee. Los federales triunfaron en el centro, pero en el ala izquierda tuvieron pérdidas enormes. Hubo regimiento que perdió la mitad de los soldados y todos los oficiales. Los federales tuvieron tres generales heridos y los confederados dos muertos. La acción duró dos días, el 30 y 31. Los periódicos de Richmond anuncian que los federales han sido rechazados con grandes pérdidas el 28 y 29 de diciembre en Wiksburg."

Correspondencia

Bajo este epígrafe se agrupaban las respuestas a una serie de preguntas o dudas planteadas por el personal del Cuerpo.

Curiosamente, no hay constancia de la consulta realizada, sino tan sólo del empleo del que la realiza, sus iniciales y su destino. Es de suponer que si se hubieran publicado también las preguntas, se hubieran evitado respuestas como la que a continuación se transcribe:

"Al Guardia del 8.º, P.B.T., del puesto de Andujar (Jaén). Ya hemos dicho repetidas veces que no."

Todas las respuestas son tan escuetas como: son abonables, puede V. solicitarlo, la permuta no puede tener lugar, ... llegando algunas a ser tan tajantes como: “No señor”.

Estas consultas se vieron temporalmente interrumpidas durante el mandato como Director General del Teniente General D. Jenaro Quesada y Mateus, al dictar la Orden General del Cuerpo del día 1 de enero de 1864 (publicada el mismo día en Boletín número 261) que, en la parte que interesa, decía:

" ...He acordado también suprimir la Sección denominada Correspondencia" como impropia, y con el fin de evitar en lo sucesivo preguntas que revelan siempre una ignorancia desfavorable al que las produce. En la Cartilla, en los Reglamentos y en las Reales Ordenanzas y Circulares que con tanto cuidado se publican, es donde deben aprender los individuos del Cuerpo cuáles son sus derechos, de la misma manera que han aprendido sus deberes..."

No debieron pensar lo mismo sus sucesores en el cargo, ya que, tras su cese, siguieron publicándose.

Publicidad

Ha habido épocas en que los Boletines Oficiales de la Guardia Civil incluían publicidad entre sus páginas. La verdad es que, salvo determinados anuncios que podríamos denominar como "de interés" para el Cuerpo, lo normal es que estos anuncios estuvieran fuera del cuerpo del Boletín, es decir, como última página o también a modo de cubierta.

Los anuncios eran de lo más variopintos; por ejemplo, en el Boletín número 12 de 1 de diciembre de 1938, en plena Guerra Civil y editado por el denominado Bando Nacional (téngase en cuenta que, en el bando republicano, la Guardia Civil había sido disuelta como tal, convirtiéndose inicialmente en la Guardia Nacional Republicana e integrándose cuatro meses más tarde, en el único Cuerpo de Seguridad de la República) se anunciaban, ofreciendo grandes facilidades de pago, desde "Pistolas marca MAUSER y PARABELLUM fabricadas con acero especial KRUPP...", pasando por sastrerías militares ("Para Uniformes militares, sólo ABUELO, C/ Soberanía Nacional 11 de Ceuta") y llegando a ferreterías, imprentas, agentes comerciales, bodegas...

Castigos y sentencias

También durante determinadas épocas, el Boletín publicaba las sentencias y castigos impuestos, tanto al personal del Cuerpo como a aquellos que se enfrentaban a las fuerzas de la Guardia Civil.

El primer Boletín, explicaba las razones de esta publicación al decir que "Al publicar la anterior sentencia nos sentimos afectados por el sentimiento que nos causa el estampar en las columnas del primer número del Boletín, el castigo impuesto á un individuo del Cuerpo por la grave falta de disciplina que ha cometido, y nos permitimos, celosos siempre por el buen nombre de la Institución, recordar á nuestros lectores la buena moralidad tan recomendada en el Cuerpo como base principal de su existencia, y que tanto debe distinguir á los individuos que visten con orgullo su uniforme".

Como bien puede suponer el lector, los castigos o penas eran realmente duras; sirva como ejemplo la sentencia recogida en el Boletín número 249, de 1 de octubre de 1863, en el que a dos hombres y una mujer de Antequera que mantuvieron con fuerzas del Cuerpo un tiroteo durante más de media hora, se les condenaba a muerte mediante garrote vil a ellos y a ocho años de galera a la mujer.

En cuanto a los castigos que se imponían al personal del Cuerpo, a continuación se transcribe lo que sobre los mismos se cuenta en una de las primeras versiones de la "Historia de la Guardia Civil", ya que vio la luz en 1858 (escrita por José Isidro Surga y Antonio de Quevedo Donis):

"En la Guardia Civil están prohibidos todos que puedan ofender y rebajar la dignidad de hombre. Por faltas leves, los jefes de Tercio pueden imponer á sus subordinados multas hasta de 100 reales; de esta suma en adelante, puede imponerlas el Inspector General, y el producto de ellas se destinará á socorrer á las familias de los que mueren ó se inutilizan en el servicio, y en efectos para las casas-cuarteles que redunden en beneficio general de los guardias.

También se les castiga con la remoción de puesto ó compañía con nota, para que les sirva de antecedente en su nuevo destino. Con traslación de Tercio, prisión, suspensión ó pérdida de empleo, y por último, destinándolos al regimiento corrección al Fijo de Ceuta, para lo cual está autorizado el Inspector General del Cuerpo por Real orden de 16 de febrero de 1815. (sic).

Si la falta fuese de gravedad, son juzgados y sentenciados por Consejos de guerra con arreglo á Ordenanza."

Un guardia segundo de infantería, en la época fundacional, cobraba 8 reales diarios.

Teniente Coronel D. Antonio Rodriguez-Medel Nieto