Historia de la Guardia Civil

El Bandolerismo: primera misión de la Guardia Civil

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Categoría padre: Guardia Civil
Categoría: Historia Guardia Civil
Publicado el Martes, 16 Agosto 2016 12:19
Escrito por Antonio Mancera
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bandoleros

El bandolerismo aparece sobre todo en España durante los siglos XVIII y XIX, especialmente en regiones como Andalucía, Castilla la Nueva o Cataluña.

En el siglo XIX tuvo lugar el apogeo de este tipo de delincuencia, surgida de las cuadrillas de guerrilleros o brigantes en la Guerra de la Independencia que, al terminar, se encontraron sin poderse asimilar al ejército regular. El reinado de Fernando VII fue especialmente proclive a ello, cuando el ejército regular fue sustituido por los Cien mil hijos de San Luis, pagados por el monarca, que no se fiaba de su propio ejército y lo sustituyó por la milicia de los Voluntarios realistas. Es la época de bandoleros como Juan Delgado, los siete niños de Écija, especializados en asaltar cortijos; Diego Padilla, más conocido como Juan Palomo, Jaime el Barbudo, José María Hinojosa, más conocido como el Tempranillo. Muchas partidas durante las Guerras Carlistas dieron lugar a un fenómeno parecido. Benito Pérez Galdós escribió que "sólo un gramo más de moral" servía para distinguir a un guerrillero de un bandolero.

En España hubo cuatro focos endémicos de bandolerismo: Andalucía, Cataluña, Galicia y los Montes de Toledo. Aparte de los mencionados precedentes de época romana, en España tratadistas musulmanes como Ibn Abdun daban consejos para reprimir el bandolerismo que se desarrollaba en los alrededores de Sevilla. Las Siete Partidas contienen leyes para proteger a los mercaderes que son frecuentes víctimas de estos delincuentes, llamados por entonces bandidos, por haber sido pregonados en algún bando de busca o captura, forajidos, por haber sido expulsados o huidos de alguna ciudad, relegados, acotados o encartados. Salteador viene de saltus, "bosque" en latín, porque era el lugar preferido para sus fechorías.

Enrique II quiso fortalecer estas leyes con disposiciones contra los encubridores en 1369, ley ratificada en 1471, por lo general venteros, posaderos, chalanes, cuatreros, prostitutas, contrabandistas, ermitaños o incluso merinos y corchetes asociados a los bandidos, por no citar a los mismísimos nobles, con frecuencia apurados por deudas: Juan I y Juan II se enfrentaron contra estos poderosos que encubrían malhechores, y que con frecuencia constituían los niveles más altos de asociaciones criminales organizadas como La Garduña, nacida en Toledo y con versiones en Sevilla y otras grandes ciudades del imperio español.

Los llamados Banderizos eran dos linajes de hidalgos vascos, los Oñaz y los Gamboa, que anduvieron enfrentados en guerra mutua durante los siglos XIII, XIV y XV y frecuentemente recurrieron al pillaje y al saqueo de las villas y pueblos que no les eran asociados, aunque el pretexto superficial era el "más valer" hidalgo; similares guerras privadas se dieron en Álava entre los Mendoza y los Guevara; en Vizcaya, entre los Múgica y los Avendaño y en Navarra entre los Beaumoneteses y los Agramonteses. También había salteadoras femeninas o serranas.

Se podian distinguir tres tipos de bandoleros:

1º.– Político religioso, constituido por soldados desgajados del ejército carlista, bien durante las guerras o al terminar las mismas. Los componentes de estas partidas recibían el nombre de "latrofacinerosos".

2º.– Bandolerismo común: partidas, gavillas, cuadrillas, bandas armadas o individuos aislados.

3º.– Bandoleros ocasionales.