Para la represión del contrabando se crearon en Cataluña dos tipos de rondas, las volantes o de "Pirrot" y las Fijas de Reus. Ambas se organizaron a base de captar a consumados contrabandistas mediante el indulto, procedimiento entonces en armonía con la época. En 1779, Isidro Sansó ,"Pirrot", Mariano Jou y Jacinto Puig Marcial, tras prestar juramento y provistos de "cartas de recomendación", se comprometieron a establecer las referidas rondas para "hacer la guerra" a sus antiguos compañeros en el tráfico clandestino. Se organizaron más bien como unidad afecta a los Mozos de Escuadra, de los que tomaron su uniforme, aunque variando los colores.

Fueron armados con escopetas de a doce en libra, bayoneta de dos filos y dos pistolas facilitadas por el capitán general; se les asignó el sueldo de quince reales de vellón a los cabos y siete y medio a los demás miembros.

Las Rondas Volantes alcanzan en 1787 una plantilla de treinta hombres, siendo su número de tres y sus jefes los ya citados "Pirrot", Jou y Puig. Para coordinación se nombró inspector al visitador de Tabacos de la región, teniente Francisco Ortiz, y en lo concerniente a su dependencia administrativa lo fueron de la Junta Superior de Gobierno, creada en 1775. El 20 de abril de 1779, se les dotó de un elemental reglamento y normas para perseguir el contrabando, pero inspirando gran confianza sus actuaciones, al año siguiente el conde de Asalto, capitán general, los militarizó, sujetándolos a la ordenanza.

Las Rondas experimentaron aumentos de plantilla, aunque muy reducidos, en 1781 y en 1787, año en que a su jefe, el propio "Pirrot", se le confirió el empleo de teniente, pero con honores y atribuciones de segundo comandante de Rentas del Principado. Con un total de sesenta hombres y cuatro cabos, se organizaron cuatro rondas, una para cada provincia, aunque mayormente actuaban en las comarcas de Olot y Vich.

Conocedores del modus operandi de sus antiguos compañeros, pronto dieron con escondites, chivatos, auxiliares y cómplices, propiciando al servicio una gran actividad y óptimos resultados. Sin embargo, carentes de una formación profesional y sólida moral, cayeron en desprestigio a causa de su dudosa conducta. Tras unos años sin apenas efectividad, fueron disueltos en 1853.

Aguado.

HISTORIA DE LA GUARDIA CIVIL